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miércoles, 4 de febrero de 2015

AUSTRIAS MAYORES : CARLOS I Y FELIPE II




AUSTRIAS MAYORES S. XVI

Carlos I
Felipe II
Duración gobierno
40 años (1516 – 1556)
42 años (1556 – 1598)
Territorio
Política interior
En el interior, el monarca debió hacer frente a la rebelión de las Comunidades y a las Germanías. Ambos problemas parecen tener su origen en el despreció que Carlos mostró a sus súbditos españoles, así como la adjudicación de los altos cargos a sus amigos traídos de Flandes y la falta de respeto hacia las Cortes.
Durante su reinado hizo frente a muchos problemas internos entre los cuales caben destacar: su hijo Carlos, su secretario Antonio Pérez y la guerra de las Alpujarras. También acabó con los focos protestantes en España, localizados principalmente en Valladolid y Sevilla.
Política exterior
La política exterior estuvo marcada por las guerras con Francia, el problema protestante y los conflictos con el Imperio Turco-otomano.
Caracterizada por sus guerras contra: Francia, los Países Bajos, el Imperio turco e Inglaterra.
Instituciones / Forma de gobernar
El objetivo de su reinado fue dedicarse completamente a la solución de los problemas que el luteranismo había creado en Europa y en Alemania en particular, con el fin de salvar la unidad de la fe cristiana contra el embate de los turcos.
Entre las instituciones más importantes del reinado están: El Consejo de Indias, Las Cortes, El Consejo de Hacienda y la Inquisición.
Su reinado se caracterizó por la exploración global y la expansión territorial a través del Océano Atlántico y del Océano Pacífico, llevando a la Monarquía Hispánica a ser la primera potencia de Europa y alcanzando el Imperio español su apogeo, convirtiéndolo en el primer imperio mundial ya que, por primera vez en la historia, un imperio tenía territorios en todos los continentes del planeta tierra. 
Felipe II como su padre, fue un rey absolutista, continuó con las instituciones heredadas de Carlos I, y con la misma estructura de su imperio y autonomía de sus componentes. Pero gobernó como un rey nacional, España y especialmente Castilla eran el centro del imperio, con su administración localizada en Madrid. Felipe II no visitó apenas sus territorios de fuera de la península y los administró a través de oficiales y virreyes quizá porque temía caer en el error de su padre, Carlos I, ausente de España durante los años de las rebeliones comuneras; quizá porque, a diferencia de su padre, que aprendió muy mayor el español, Felipe II se sentía profundamente español. 
Economía
Crecimiento económico continuo, especialmente  en Castilla. Los factores  que posibilitaron esta situación fueron: 
a.- El aumento de la Población  b.- El desarrollo Comercial  resultado de la explotación de las Indias. 
 Crecimiento se dio en Castilla mientras que Aragón  se produce  una lenta decadencia.
En 1559 uno de los principales problemas de Felipe II era el lamentable estado de la Hacienda, prácticamente arruinada por las guerras imperiales. Esta situación conllevó a medidas desesperadas; a aumentar constantemente la presión fiscal, a arrendar rentas de unos años para otros y a una gran dependencia de la llegada de las remesas de plata americana. Felipe II se vio obligado a decretar la primera bancarrota de su reinado.
Sociedad
Se trata de una sociedad estamental, basada en los privilegios, derechos y obligaciones, marcados por el nacimiento. En la sociedad se distinguían los siguientes estamentos: La nobleza (5%) abarcaba desde los Títulos de Castilla y Grandes de España, verdadera élite que acumulaba inmensos patrimonios, hasta los caballeros o hidalgos con haciendas mucho más precarias. Asimismo, a lo largo de los siglos XVI y XVII fueron habituales la compra de títulos y el acceso a la nobleza por servicios a la monarquía (nobleza de toga).Igualmente eran notables las diferencias entre el
Clero (5-10%). El alto clero (arzobispos, cardenales y abades) mantenían situaciones semejantes a la nobleza, mientras el bajo clero (párrocos, capellanes, monjes...) vivía, en general, de forma parecida a los artesanos o campesinos. Entre los no privilegiados, los pecheros, sujetos al pago de tributos y a la justicia ordinaria, eran tanto los
Campesinos (80%) como población urbana. Entre ellos también había grandes diferencias: la vida de los propietarios agrarios acomodados o de los grandes mercaderes y maestros del gremio, nada tenía que ver con la de los pequeños campesinos, los jornaleros o el proletariado urbano. Sin embargo todos ellos estaban sujetos al pago de impuestos, que en Castilla eran muy altos y numerosos. Moriscos y judíos conversos (marranos). Fueron siempre causa de marginación o persecución y muchos de ellos intentaban ocultar su origen ante el temor a represalias ya que la limpieza de sangre era indispensable para el prestigio social, la pertenencia a la nobleza y el desempeño de cargos públicos.
La sociedad española del XVI sigue siendo estamental, típica del Antiguo Régimen, dividida en dos estamentos privilegiados –nobleza y clero-, con exenciones fiscales, tribunales propios y con amplios señoríos, y un estamento no privilegiado: el estado llano.
En el siglo XVI la alta nobleza afianza su poder económico y político, obteniendo cargos importantes. Continúa la institución del mayorazgo y acrecientan sus señoríos. Lo señoríos de realengo disminuyen en beneficio de los señoríos nobiliarios. Carlos V y Felipe II, por apuros económicos, venden tierras pertenecientes a órdenes militares, que compra la veja nobleza
El número de hidalgos (baja nobleza) es muy elevado. La Corona acrecienta la venta de títulos de hidalguía, lo cual se refleja en la novela picaresca del XVI: desprecio al trabajo, sentido de honor, etc. Muchos hidalgos están arruinados y se dedican a las armas, la emigración a América o las órdenes religiosas.
El campesinado tiene grandes diferencias. Vive mejor el de tierras de realengo que el que vive en tierras señoriales.
Hay una fuerte emigración a la ciudad.
Cultura
Contexto predominantemente tardogótico y flamenco. Influencia de ciertos artistas, españoles y extranjeros, formados en Italia o conocedores al menos del nuevo rumbo que allí había tomado el arte a lo largo del Quattrocento.
El gobierno de Felipe II coincidió con la etapa histórica conocida como el Renacimiento. Aunque el cambio ideológico no fue tan extremo como en otros países; no se rompió abruptamente con la tradición medieval, no desapareció la literatura religiosa, y fue en el Renacimiento cuando surgieron autores ascéticos y místicos; por ello el Renacimiento español fue más original y variado que en el resto de Europa.



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