En esta carta, Américo Vespucio relata el viaje que realizo este en 1501 por el continente americano, enviandosela a Lorenzo Pedro de Médicis.
Al igual que en la carta de Cabo Verde, afirma que las costas exploradas son tierra firme continental, no islas, y añade que ese continente está "más densamente poblado que nuestra Europa o Asia o África y que es lícito llamarlo Nuevo Mundo.
La obra parece estar basada en las cartas auténticas de Américo a Lorenzo escritas en 1501 y 1502 en Cabo Verde y Lisboa a la que añade y detalla los bellos cuerpos y activa vida sexual de las indígenas.
A lo largo de toda la carta Américo describe todo el ambiente que de aquel lugar centrándose en diversos aspectos de la vida de la gente que vivía allí, haciendo hincapié en que lo que se encontró no existe en Europa.
En la carta habla sobre los pueblos y sus gentes y también de la existencia de toda clase de animales silvestres. Detalla la tierra fértil de aquel lugar hablando de la cantidad de ríos, selvas y salutíferas fuentes. También se centra en la existencia en abundancia de perlas y oro, añadiendo que los habitantes no lo tienen en aprecio
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